En el marco de la feria científica escolar celebrada esta semana en Marbella, un grupo de estudiantes sorprendió al público y a los jurados con la presentación de un prototipo de desalinizadora portátil. Dicho dispositivo, fruto de meses de investigación y trabajo colaborativo, busca ofrecer una alternativa innovadora frente a los problemas de acceso al agua dulce, una preocupación creciente tanto a nivel local como global. La propuesta de estos jóvenes ha sido calificada como visionaria por diversos asistentes al evento.
El prototipo, elaborado con materiales reciclados y tecnología de bajo coste, tiene como objetivo convertir agua de mar en agua potable de manera eficiente y accesible. Esta solución podría marcar una diferencia significativa en zonas costeras con escasez de agua dulce, como es el caso de Marbella durante temporadas de sequía. Los estudiantes responsables del proyecto destacan el compromiso social de su trabajo, subrayando la importancia de la sostenibilidad en todas las fases del diseño.
Durante la feria, expertos en ciencia y tecnología del agua elogiaron tanto la creatividad como la viabilidad del invento. "La iniciativa demuestra que la innovación no entiende de edades, y es inspirador ver a la juventud tomar las riendas en cuestiones tan críticas como el acceso al agua potable", declaró Carmen Rodríguez, ingeniera ambiental invitada como jurado. En sus palabras, el proyecto goza de gran potencial para ser replicado a mayor escala y beneficiar a otras comunidades costeras.
El funcionamiento del prototipo se basa en el proceso de ósmosis inversa, combinado con energía renovable. Utiliza paneles solares para alimentar una pequeña bomba de presión, asegurando así que su funcionamiento sea sostenible y autónomo. Los estudiantes explicaron, ante una audiencia atenta, los distintos pasos del proceso de desalinización y presentaron pruebas de laboratorio que demuestran la potabilidad del agua resultante, cumpliendo con estándares de calidad.
La repercusión local fue inmediata. Representantes del ayuntamiento y de diversas organizaciones ambientales se interesaron, no solo por la viabilidad técnica sino también por el enfoque educativo del proyecto. María Luque, portavoz de la asociación ProMarbella Verde, afirmó: "Vemos en este tipo de iniciativas el germen del cambio y el desarrollo comunitario. Es crucial fomentar el talento joven para el futuro sostenible de la ciudad".
El equipo de estudiantes, compuesto mayoritariamente por mujeres, también aprovechó la visibilidad para reivindicar el papel femenino en las ciencias y la tecnología. Destacaron las dificultades a las que muchas jóvenes se enfrentan al iniciar carreras científicas y la importancia de contar con referentes locales. "Queremos inspirar a otros estudiantes y romper los estereotipos de género en el ámbito STEM", manifestó la líder del grupo, Ana Morales.
Tras la feria, varios sectores locales han mostrado interés en colaborar con el desarrollo y prueba del prototipo en lugares estratégicos de Marbella. El sector turístico y algunos restaurantes ven la tecnología como una oportunidad de mejorar su gestión de recursos hídricos y reforzar su compromiso ambiental. Por su parte, las autoridades municipales han anunciado la apertura de una mesa de diálogo para analizar la implementación piloto en playas y centros públicos.
El futuro del prototipo parece prometedor gracias al impulso recibido en la feria científica. Los estudiantes planean perfeccionar su diseño, incorporar sensores para monitorear la calidad del agua en tiempo real y solicitar patentes que protejan su invención. Si las pruebas en condiciones reales resultan exitosas, Marbella podría convertirse en referente nacional por impulsar tecnologías sostenibles surgidas desde la educación escolar, marcando así un hito en la gestión del agua y el desarrollo juvenil local.

